domingo, 18 de abril de 2010

ESPECIAL: "AGUA"

  • Una lucha contra NATURA...

Cuentan las cronicas recogidas tras la conquista que en Cuitláhuac (hoy Tláhuac, en el Distrito Federal de México) los agoreros y adivinos, que presagiaban el provenir mirando las estrallas reflejadas en algunas pozas de la región, advirtieron al Emperador de Tenochtitlan sobre la caída de su reino frente a los hombres blancos y barbaros que iban en camino, y este los mandó a matar. El AGUA misma fué el elemento que presagió la conquista y que después sería un medio para consumirla, pues forma parte indisoluble de la historia del Valle de México y de esa permanente lucha por convivir con ella.
Incluso hoy, en el sur de la ciudad, la resistencia comunitaria ha permitido que la culturalacustre se mantenga en ciertos puntos, cada vez más reducidos, de Chalco, Xochimilco y Tláhuac, donde todavía las casas dan a una calzada por un lado y por otro salen a los mínimos restos del lago, donde sus habitantes aún se trasladan en canoas, siembran en chinampas y conviven con la flora y fauna originarias, siguiendo una tradición milenaria.



  • En busqueda de sustentabilidad...

En 1965, un ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, el ingeniero Nabor Carrillo, publicó Proyecto Texcoco donde ofrecía solución al problema del agua en la ciudad: "no crear más drenajes, sino una serie de lagos para evitar inundaciones, abastecer de agua potable a la urbe y emplear las aguas tratadas del drenaje para riego e industria".
No obstante, el proyecto no fue abrazado por los políticos de la época, quienes se decidieron por otra magna obra: el drenaje profundo, construido principalmente para evitar inundaciones. En temporadas de lluvias, el agua del drenaje llega a ser hasta 80% de origen pluvial, mientras la ciudad, que no aprovechaba esa agua, enfrenta problemas de escasez cada vez más graves. Finalmente, una parte mínima de la propuesta se llevó a cabo al construirse en Texcoco, en 1985, el Lago Nabor Carrillo, de 1000 hectáreas, que se alimenta con solo 0.5% del agua que se desperdicia por el drenaje de la ciudad de México.
La primera vez que el arquitecto Alberto Kalach se encontró con la obra, a 10 minutos del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, entendió dos cosas fundamentales: que efectivamente la cuenca era un grande y continuo lago, y que ello permitía un clima templado, el paraíso que reseñaron los cronistas de la conquista. Muy pronto lideraría su propio equipo, pero, nuevamente, la idea no ha logrado convencer a los gobernantes. Según Klach:"sus tiempos rebasan la corta visión de nuestros políticos, que quieren resultados rápidos, pan y circo, y no tienen la madurez y responsabilidad de atacar los problemas reales".
Y su coordinador Humberto Parra dice:"...no esun asunto fácil porque requiere un esfuerzo gubernamental, intelectaul y económico mayúsculos. Quien diga que (...) eso se resuelve de la manera fácil y barata esta mintiendo".



Esto es algo que, a mi parecer, nos involucra a todos ya que si nos ponemos de acuerdo podemos lograrlo, pero las cosas deben hacerse desde ahora para poder recuperar el equilibro y la sustentabilidad de razonable y ecológica. No mata a nadie hacer cambios que nos sean de gran ayuda a todos por igual.
Toda esta información ha sido proporcionada por la revista National Geographic en español mes Abril 2010 y por su página web http://ngenespanol.com/
Espero que entre todos podamos tomar conciencia y hagamos algo ya!!!, porque no sabemos cuanto más podremos aguantar el enojo de la Tierra.



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